¿Se puede enseñar a tener buen gusto? ¿Se le puede coger gusto al caviar en vez de a los Big Macs?

Creo que, si es necesario, uno puede adaptarse a casi todo e incluso llegar a apreciarlo. Mis suegros, por ejemplo, fueron deportados a Heilongjiang durante un periodo de diez años. Para mantenerse con vida, tenían que comer patatas, algo a lo que no estaban acostumbrados. A su regreso a Shanghai, mi suegro se aficionó a ellos y los comía con gusto. Sin embargo, en mi opinión (y las opiniones de los demás pueden diferir), ciertas comidas de gama alta simplemente saben mejor. Después de aclimatarse al chocolate Whitman’s Sampler, creo que la mayoría de la gente preferiría el chocolate más caro (en igualdad de condiciones, es decir, a un amante del chocolate con leche podría no gustarle el chocolate negro de lujo porque podría ser demasiado amargo, pero probablemente preferiría el chocolate con leche de lujo). Algunas cosas, sin embargo, pueden ser un reto. De niño no comía mucho pescado, especialmente nada con un sabor fuerte. Todo lo que sabe a «pescado» me da escalofríos. Mi mujer, en cambio, creció comiendo marisco de sabores fuertes y variados. Son alimentos que aún no he probado. A menos que sea por motivos de salud, no creo que sirva de mucho intentar cultivar la afición por nada. Si consume demasiada sal o azúcar y su médico le ha aconsejado reducir su ingesta, cambiar de sabor es una excelente idea. Pero parece inútil intentar desarrollar el gusto por comidas realmente caras. Prueba algo nuevo. Disfrútalo si te gusta y puedes permitírtelo. Si no te gusta, no deberías volver a comerlo. Mi padre tenía un compañero de trabajo al que le gustaba más el pastel de carne que el filete. ¿Por qué iba a pagar entre 10 y 20 dólares más por un filete si el pastel de carne le hacía feliz? Los cacahuetes son mi fruto seco preferido frente a las nueces de macadamia. ¿Por qué voy a pagar mucho más dinero si me gustan los cacahuetes? Es una pérdida de tiempo preocuparse por lo que piensen los demás de tus preferencias alimentarias. El sabor del hígado es uno de mis favoritos. Los plátanos, en cambio, no me atraen. Mi familia es consciente de ello, y es beneficioso para ellos. ¿Por qué importa lo que yo guste o deteste a los demás? No me importa si te gusta el filete bien hecho con ketchup. No es lo que yo elegiría, pero si te gusta, te lo comes. Mi mujer china come varios platos que a mí no me gustan, y a ella no le gusta el queso, que a mí sí me gusta. Ella no me hace comer tofu maloliente, y yo no la hago comer queso.