Respuesta 1:
Sí, es tan bonito como cuesta si los clientes están dispuestos a pagar lo que piden los comerciantes. Sólo dejará de merecer la pena cuando dejen de comprarlo.
Es popular entre mucha gente, hasta el punto de que el esturión ha llegado a estar en peligro de extinción en muchas regiones del mundo. El esturión también ha sido objetivo de la acuicultura, tanto por su carne (una carne firme y blanca) como por su caviar. Hay muchas alternativas de huevas de esturión en el mercado, lo que indica que es un producto popular.
Desde luego, no merece la pena para quienes no disfrutan con el caviar.
Respuesta 2:
Si de verdad quiere saber dónde está el valor, pruebe el kaiseki ryori, que suele servirse como un Evento, con una variedad de pequeñas sopas y diminutos platos de zanahoria encurtida rallada, todo extremadamente delicado (=soso) para los ultraconocedores. Cuando los japoneses se sientan a una cena kaiseki (no especialmente copiosa), se dicen a sí mismos: “Me estoy comiendo cuarenta y cinco mil yenes de clásico, ups, ensalada”.
Por el amor de Zeus, el malévolo fugu (pez globo). Un cocinero cualificado prepara el pescado, lo que incluye la extracción de las fatales glándulas venenosas (aun así, todos los años algunos desafortunados comensales se desploman envenenados por el pez globo). Se corta en finas lonchas de color canela, que me metí en un lío por describirlas como gomas de borrar.
“¡Eres un visitante bienvenido, Black-san! ¡Así que mantén la calma!”
Lo malo es que el fugu, que es soso en el mejor de los casos, se acompaña de una salsa picante tipo mostaza que domina cualquier otro sabor.
