Respuesta 1:
Aunque no soy pudiente, disfruto del sabor de todos estos alimentos. Las trufas, en particular, me vuelven loco.
Quizá los que tuvo fueron maravillosos, o quizá fueron espantosos. No podría decirlo ya que no soy tú.
Algunas personas adineradas creen que deben llevar un estilo de vida que incluya artículos caros que no les importan simplemente porque son caros. A esto se le llama «estupidez».
Algunos individuos que no son ricos determinan que prefieren lo que quieren, y si es caro, no lo tienen con mucha frecuencia. Esto también tiene un término: mala suerte.
El sabor de estos productos atrae a algunos individuos ricos. A esto se le llama «suerte».
Pero no cometas el error de suponer que porque a ti no te guste el sabor de algo, a nadie más le va a gustar. Eso es simplemente engreído.
Debido a su rareza, estos artículos son muy caros. Al final, nadie se sentó en un laboratorio y dijo: «Estos son los alimentos objetivamente más deliciosos del universo, por lo que deberían costar [x] independientemente de su disponibilidad».
Respuesta 2:
No tienen. Comen y beben todas las versiones de buen sabor de esos productos. Se puede adquirir una gran variedad de gustos… Antes era un gran aficionado a los vinos tintos. Parece que ahora prefiero los tintos con más cuerpo y profundidad. Hay vinos tintos buenos y asequibles, pero la investigación ha demostrado que la apreciación de cualquier cosa viene determinada sobre todo por las expectativas de sabor. No soy rico, pero el escargot y las trufas son dos de mis comidas favoritas. Además, con la edad, las papilas gustativas se vuelven menos sensibles. Los sabores más fuertes son mucho más divertidos de comer.
